El próximo 25 de abril comienza el mundial de Hockey subacuático en la Ciudad de Durban, Sudafrica. En esta competencia participarán 13 países, entre ellos Argentina.
Esta información llegó a mi a través de un llamado telefónico de uno de los entusiastas que tiene esta práctica deportiva. Profundizando un poco más me cuentan que los encuentros mundiales de la actividad se llevan a cabo cada 2 años, que el último campeón fue Gran Bretaña en el año 2006 y que Argentina participará por quinta vez en este 15º mundial.
Con sorpresa me entero que de Mendoza han sido seleccionados 4 jugadores masculinos, de los que sólo 2 viajarán: Catriel Femenía de titular y Matias Godoy de suplente. También ha sido convocada a una jugadora como titular para la selección femenina: Yenién Femenía.
Interesados en conocer más acerca de este deporte, es que nos pusimos en contacto con los seleccionados, quienes se acercaron a nuestro diario para hablar del tema.
Son jóvenes, y en sus caras se refleja la ansiedad del viaje. Catriel y Matías ya están confirmados, la fémina aún no, pero tenemos la esperanza que cuando Ud. lector, tenga esta nota en sus manos, la buena estrella y los apoyos del gobierno hayan llegado para que Yenién también esté en viaje.
Me llaman la atención al verlos. Debo decir que esperaba otro tipo de deportistas, aunque quizá haya sido una mala idea partiendo de un mal supuesto: A deportes raros, deportistas raros. Pero no, lo raro en este caso es que son tan comunes como mis propios hijos.
Pero cuando empiezan a hablar de su pasión, se enciende esa luz en los ojos que sólo tienen los que de verdad disfrutan del placer de hacer lo que les gusta.
Yenién llega un poco más tarde, con sus 15 años a cuestas y la esperanza a flor de piel. Sabe que es difícil que pueda viajar, pero no se resigna a aceptarlo. Acá es cuando se me ocurre pensar en que si ella hubiese practicado un deporte más convencional de esos que salen en la tele y que venden mucho, entonces en estos momentos ya tendría su boleto a Sudáfrica.
La primera pregunta se cae de madura, es casi una obviedad interrogarlos sobre como empezaron en la actividad, pero no nos queda otra que preguntar.
Con mi papá, dice Catriel, hicimos un curso de buceo, y en ese club, Cuyum Mapú, que es de actividades subacuáticas y que practica en el gimnasio Nº 1 de ciudad, se armó de a poco un equipo de hockey subacuático y empezamos hace más o menos cinco años. Y después empezamos con la difusión, entregamos folletos por todos lados y de allí fueron saliendo los jugadores. En ese tiempo éramos un solo equipo, Anfibios, y de ahí se desprendió Pirañas Magna, que está en Maipú, y Ecual que está en Godoy Cruz.
Los jóvenes nos explican después que éste es un deporte que lo puede practicar toda clase de personas, no importa la condición física ni la edad, hay un caso de un canadiense que tiene 72 años y sigue jugando, nos dicen, porque el deporte exige solamente saber nadar, ponerse el equipo e intentar de llegar al fin del juego que es poner el tejo en el arco contrario. Se juega en una pileta de 25 por 15, a 2 metros de profundidad, seis contra seis y sin arquero. Los jugadores se colocan en los extremos de la pileta, se tira el tejo y empieza el partido. Lo entretenido del deporte es que es muy movido y en equipo, porque el resto tiene que estar pendiente del que está abajo llevando el tejo, porque es bajar, llevar el tejo, pasarlo a un compañero, subir, respirar, bajar de nuevo, por ahí se da que están varios abajo, pero el tiempo de aire es limitado, de manera que los otros tres tienen que bajar a buscar el tejo. Por eso sirve mucho conocer al compañero, que técnica tiene, que aguante de la respiración tiene, que es lo que va a hacer, hay que tener en cuenta que abajo del agua no se puede hablar, entonces, dicen, no podemos estar pidiendo el tejo, ni cosas así, además ves sólo hasta adonde se va a mover el compañero, tenés que estar muy bien ubicado y por ahí para eso más que tener una buena condición física hay que tener habilidad. Hay gente que juega con nosotros de más de 45 años y lo que no tienen de aire lo tienen de manejo, de aguante y velocidad abajo del agua.
¿Siempre son seis jugadores en el agua?
“Si, y además hay cuatro relevos que son los que están en el borde de la pileta y que reemplazan a los que se cansan o tienen algún problema. Los cambios son directos”.
Según nos explican, las reglas de juego no se parecen a las del hockey porque no son parecidos los deportes, ni siquiera en el ambiente de juego. El nombre viene de Inglaterra, donde se creó el juego para mantener el estado físico de los buzos en la década del 50. Lo que pasa es que se usaba un palo de hockey sobre hielo, que después se fue adaptando . El juego en realidad se llamaba octo push, porque se jugaba de a ocho jugadores por equipo, que sólo empujaban el tejo de un lado a otro. Después los australianos fueron modificando el palo y ahora el tejo que pesa casi un kilo y medio se puede hasta levantar con el palo, más allá de la presión del agua. Ahí también se introdujo el movimiento y entonces empezó a tener más valor la habilidad y no tanto la fuerza bruta. Se dejaron de usar los tanques de oxígeno y se fue modificando el juego.
En lo que respecta a los árbitros, hay dos debajo del agua y uno afuera. Los de abajo miran lo que pasa durante el juego, sacan el brazo del agua, y el de arriba para el juego, y se cobra la falta.
Practicar este deporte no es caro. Quizá lo más caro sea el equipamiento, pero es una sólo inversión y luego eso sirve para bastante tiempo. En lo que respecta al palo con el que se juega, la confección es propia. Cada uno de ellos se fabrica su propia herramienta de juego, tomando como modelo el palo australiano, y según el reglamento de juego.
El juego necesita de un buen entrenamiento aeróbico, porque es menester aumentar la retención del aire el mayor tiempo posible, y de un entrenamiento en natación, sobre todo cuando se entra en la competición.
Las limitaciones motrices que pueden presentarse en los desplazamientos bajo el agua están bastante acotadas por el equipamiento que se utiliza, sobre todo las aletas, casi de 50 cm. de largo lo que permite agilizar los desplazamientos. Aparte, las condiciones del juego permiten que el tejo pueda salir por arriba, por los costados o por abajo, de manera que el juego parece desarrollarse en tres dimensiones. Más allá de eso, las limitaciones están, y como dicen nuestros entrevistados, se reemplazan por habilidad, claridad en los pases y velocidad.
Este deporte es muy completo ya que exige el uso de casi todos los músculos del cuerpo. La energía desarrollada en el agua se hace en forma pareja, la tensión de los huesos y articulaciones se reduce al mínimo y se fortifican los tejidos articulares permitiendo mejorar la postura corporal. Muchos profesionales coinciden que es la mejor alternativa para aquellos que consideran la natación monótona. Jugar permite mantener tu mente abierta y un cuerpo sano.
En Hockey subacuático la habilidad prepondera fuertemente por sobre las características físicas individuales (peso, edad, altura, sexo) e inclusive permite la participación de jugadores sordos.
Por esa misma necesidad que tenemos de ser observados, nos llama la atención que alguien practique un deporte en que es difícil que el público te mire. Ante esta pregunta, Catriel explica que en piletas olímpicas se puede dividir en dos y te quedan dos canchas con una separación entre ellas de casi 30 metros, lo que permite que la gente pueda colocarse allí para seguir el juego. Pero salvo en esos casos, los jugadores aceptan que ver un partido es algo aburrido porque de arriba sólo se ven aletas, alguno que sale a la superficie, y nada más. Cuando entendés el juego podés seguir el juego, pero sólo eso.
Los jugadores en esta actividad no son muchos, de manera que para la preselección nacional se hizo una convocatoria amplia que reunió a 50 deportistas, se contrató un entrenador en Buenos Aires y se comenzó con los entrenamientos. Se fijó una rutina básica y cada tanto se tomaban test de rendimiento físico que junto a la perfomance en los torneos permitió la elaboración de una lista de 18 personas para el equipo masculino y 8 para el femenino.
Aunque a los chicos los miran con cara rara cuando cuentan cual es su actividad deportiva, no cesan en el intento de difundir el deporte, porque esperan que en futuro muchos sean los que se inclinen por su práctica activa. La tarea pasa por ir a todos lados a hacer demostraciones, a las escuelas de verano, a las piletas, en fin, a buscar jugadores por todos los lugares que se lo permitan.
Argentina ha participado en cuatro de los campeonatos mundiales, y siempre ha estado entre los diez primeros, a pesar del poco tiempo que tiene el deporte de desarrollo en nuestro país, y esta es la primera vez que hay mendocinos en la selección.
Cuando hablamos de los apoyos que han recibido para poder emprender una aventura tan importante en sus vidas como la participación en un mundial, no encontramos muchas respuestas, no porque no las tengan, sino porque lo que no han tenido es mucho auspicio para poder juntar los casi 2 mil dólares que necesitan para el viaje. Por ejemplo, desde el estado provincial lo único que les han dado son dos pasajes ida y vuelta a Buenos Aires…. Y por tierra. No hay para ellos subsidios, ni ningún otro apoyo. Desde el ámbito privado, los mendocinos tampoco han sido generosos a la hora de apoyar, y la poca ayuda que recibieron vino de empresas nacionales, como Repsol YPF, o de empresas de Buenos Aires.
La preparación para el mundial es fuerte. Los deportistas entrenan de lunes a viernes haciendo natación, y una vez a la semana durante una hora y media se practica juego y técnicas de juego.
Hablamos de las expectativas con respecto al mundial.
“Tenemos muchas, pero poca esperanza. Los países fuertes no quisieron participar de un mundial de disciplinas subacuáticas y armaron su propio mundial. Por eso sólo estarán los mejores del deporte en Sudáfrica, y allí estaremos nosotros. Vamos a tratar de sacar el mejor resultado que se pueda, pero va a ser duro.”
Los tres entrevistados están orgullosos de representar al país, aunque saben que quizá en este lado del mundo ni nos enteremos de que están allí cantando el himno a miles de kilómetros de distancia.
“Lo que más queremos es ir a aprender, a buscar experiencia a sentir en la piel lo que significa representar al país, y aunque sabemos que estamos lejos de un podio, vamos a poner lo mejor para jugar.”
Para finalizar esta historia, nos quedamos con las respuestas que nos dieron al preguntarles si alguna vez pensaron que podían representar al país en un evento deportivo.
Catriel: “La verdad que no. Yo antes jugaba básquet y sabía que nunca iba a llegar a algo así, aunque cuando empecé con el Hockey tuve una esperanza, pero pensaba que iba a ser más a futuro”.
Matías: “yo pensaba en algún momento que esto iba a llegar, pero nunca pensé que tan pronto, espero estar a la altura de esta responsabilidad”
Yenién: “Espero poder juntar lo que falta para poder ir, aún tengo esperanzas de que alguien pueda ayudar. Sería muy bueno estar allí, sobre todo porque yo voy de titular, y jugaría todos los partidos”.
