Los deportes tienen la capacidad de generar grandes pasiones y un enorme seguimiento y repercusión social, sobre todo cuando se trata de deportes de equipo.
Ésto cobra aún mayor relevancia social y mediática cuando hablamos de competiciones nacionales o mundiales, donde la imagen de una ciudad o país están en juego.
Los deportes de equipo y las competiciones importantes tienen la capacidad de movilizar a un montón de seguidores. Se trata de un fenómeno de seguimiento masivo que sucede a nivel universal y existen varios factores que contribuyen a explicarlo científicamente:
- Se ponen en juego emociones intensas
Tanto al practicar un deporte como al observarlo, el organismo se activa, se segregan endorfinas, adrenalina… y experimentamos emociones muy diversas (euforia, frustración, alegría, tensión…).
Esta intensidad emocional resulta muy satisfactoria y favorece que apetezca repetir esos momentos.
La consecuencia es la asociación entre la práctica o la observación de deporte con momentos de intenso disfrute, pues además durante estos momentos rompemos con las responsabilidades, las preocupaciones y los problemas…
Ya tenemos una de las semillitas para el “enganche”…
- Es una actividad socializadora
Pueden practicarse y disfrutarse en grupo.
Suelen convertirse en una buena razón para quedar con gente y pasar un buen rato, se conversa (o discute) sobre ello...
El grupo propicia así mismo un efecto de “contagio emocional” (los otros funcionan como modelos para muchos comportamientos y reacciones emocionales), lo cual puede en ocasiones convertirse en un problema si esas emociones no se saben gestionar adecuadamente y dan lugar a comportamientos inadecuados (agresiones, confrontaciones, actos vandálicos, insultos…)
- Generan sentimiento de pertenencia (a un equipo, a los colores, al lugar que representa)
El equipo representa algo con lo que la persona puede identificarse, sintiendo que representa o “defiende” algo de lo que forma parte (una ciudad, un país…).
Al generarse ese sentimiento de pertenencia y esa identificación, todo lo relacionado con ese equipo cobra mayor relevancia para la persona y es vivido más intensamente. La persona se implica más con “la causa”.
- Forma parte de tu historia de vida
En muchos casos, el gusto por cierto deporte o el “amor” a cierto equipo, se ha transmitido por “herencia familiar” de padres a hijos, de abuelos a nietos.
Has oído hablar de ello desde pequeño, han desarrollado en ti el gusto y la pasión, has visto a otros emocionarse y disfrutar con ello, te han transmitido mensajes positivos sobre ello, te han hablado de todo lo que ello representa…
Así es difícil no estar comprometido con “la causa”.
- Se incorpora a tu estilo de vida
Se aprende a disfrutar de un deporte o con un equipo, y en muchos casos lo integramos a nuestra vida, lo convertimos en parte de nuestra identidad, de lo que es relevante para nosotros… Se incorpora a nuestras rutinas y ocio.
- Efecto mediático
Los medios de comunicación contribuyen a convertir a ciertos deportes, deportistas y competiciones en motivos de culto.
Convierten a deportistas en “estrellas mediáticas”, ídolos y “modelos a seguir” (nos identificamos con ellos, compramos sus camisetas, les animamos y mandamos mensajes de apoyo).
Hacen de ciertos deportes un estilo de vida que a muchos les gustaría compartir.
Todo ésto contribuye al enganche colectivo.
Cuando se acercan competiciones importantes, los medios de comunicación se encargan de ayudar a generar ese sentimiento de pertenencia grupal y de movilizar a la gente por “la causa”.
Es difícil no hacerse partícipe de ello. De alguna manera terminas viviendo parte de esas emociones e ilusiones grupales.
- Empatía con la causa
Aunque no te guste especialmente el deporte, cuando éste es colectivo, y sobre todo cuando entra en juego la imagen de la ciudad o el país, se movilizan los sentimientos de pertenencia e identificación haciendo más fácil la implicación con el equipo y con el evento deportivo.
Ahí puedes estar tú, completamente lego, pero animando y disfrutando como el que más…
- The show must go on
Ciertos deportes o eventos deportivos se han convertido en un espectáculo de masas.
Han desarrollado en torno a sí tanta expectación y ritualidad que resulta difícil mantenerse al margen (pensemos por ejemplo en el Mundial de Futbol).
Los festejos y celebraciones posteriores se han convertido en una tradición y llegado el momento son muchos los que quieren verlo y disfrutar de ello.
Ya no es sólo deporte, también es todo un ceremonial.
Que el deporte genera pasiones parece un hecho.
La implicación con deportistas y equipos puede ser algo bueno cuando nos reporta disfrute y beneficios para nuestra vida,
pero también puede convertirse en un problema cuando las emociones que se generan son desproporcionadas y no sabemos gestionarlas bien, pudiendo entonces afectar negativamente en diversas facetas de la vida (Ej. Te cuesta reponerte ante las derrotas, estas enfadado e irascible, te vuelves agresivo, no te puedes concentrar en el trabajo, no tienes tiempo para otras cosas más que para tu afición…).
Apasionarse con el deporte sí, pero cuidado con que la Pasión se convierta en una Adicción.
PSICOLOGÍA DEPORTIVA - HOCKEY
Fuente: Miriam Rocha Díaz - CLOAKING - Psicóloga: www.miriamrochadiaz.wordpress.com.